viernes, 22 de abril de 2011

LA NOCHE QUE LA CRUZ DEL SUR NOS INDICÓ EL CAMINO


Durante meses estuvimos pensando en escaparnos merecidamente de nuestra realidad. El destino elegido, la India. Todo lo teníamos preparado, las primeras vacunas, el itinerario y una de esas guias gigantescas que finalmente no valen para nada. Sólo nos quedaba clickear una vez más y ser los felices poseedores de dos billetes de avión.
Una llamada de última hora derrumbó los planes obligándonos a pensar una nueva alternativa. Sólo bastaron dos segundos y una mirada cruzada para decir al unísono: "siempre he querido ver machu picchu", en esta ocasión fue el destino el que nos eligió a nosotros. Sólo tuvimos que cambiar la guía y hacer el ansiado click en la página que prometía los viajes al mejor precio.
El vuelo elegido: Madrid-Lima y un preparado viaje para no perdernos nada de lo imprescindible: La reserva nacional de Paracas y sus Islas Ballestas, Las líneas de Nasca, La bella Arequipa, Puno y su imponente lago Titicaca, La hermosa capital del imperio Inca, Valle sagrado, por supuesto Machu Picchu y la selva amázonica.
Un desayuno en Lima con dos matrimonios franceses cambiaría nuestros planes de viaje y nuestros planes de vida.
Nos recomedaron alojarnos después de disfrutar las líneas de Nasca en una Aldea Infantil de una Asociación francesa, así nuestro dinero sería para los niños, nos pareció una buena idea y allá que nos fuimos